viernes, 31 de octubre de 2014

Sorolla y mecenas

También en la fundación Mapfre la exposición titulada "Sorolla y los Estados Unidos". Demasiada gente...

Qué decir de Sorolla más allá de que es un maestro (premisa 1). Sus cuadros siempre sobrecogen y en este sentido fue un placer ver esta exposición, claro. En fin, no voy a repetir lo que ya se sabe así que me limito a resaltar algunas impresiones.

En primer lugar, me ha parecido horrorosa la serie de Colón saliendo del puerto de Palos, y digo horrorosa siempre dentro de la premisa 1. Son obras sin vida y con una temática y composición que carece de interés, quizás aquí Sorolla no se implicó demasiado, fueron obras por encargo de Thomas Fortune Ryan, a lo mejor por eso... o porque esta vez no pintó del natural...

Luego hay una serie de retratos, también por encargo, que no están mal (premisa 1) pero nada que ver con la pasión contenida en otros retratos, en estos otros falta algo...

Por otro lado, me impresionó mucho su colección de guaches, realmente preciosos. En especial me gustó mucho esta visión nocturna:  "Casa de Vanderbilt".




Además, ahora que en clase estamos analizando los recorridos de la luz, me pareció muy interesante observar sus bocetos, en especial la colección de 24 dibujos de interiores, donde aparecen personajes de la alta sociedad en ambientes sofisticados. Lo interesante es analizar cómo resuelve en pocos trazos las zonas de luz y de sombra.


Stephen Shore - Superficies

Magnífica exposición en la fundación Mapfre.
Si bien en un principio la obra de Stephen Shore no había captado mi atención, esta retrospectiva me ha liberado de prejuicios. La inteligente disposición de las fotografías en los dos pisos que componen la muestra parece haber sido diseñada con el fin de que el espectador consiga hallar el hilo conductor que ha motivado al fotógrafo durante gran parte de su vida. No sólo se trata de una disposición cronológica sino temática en la que se enfrentan los dos grandes universos fotográficos de este artista. Y cuando digo se enfrentan quiero decir literalmente, en el espacio de un pasillo, una fotografía frente a otra, un universo frente al otro.
Por un lado, las huellas de la ciudad con sus edificios, coches, hombres y mujeres capturados en un gesto cotidiano de ir a la compra o de pararse frente a un escaparate. Todo un documento de la vida cotidiana.
Por otro, el paisaje natural -- en este caso el árido sur de los EEUU -- donde a veces aparecen sobre el terreno, los trozos de alguna vasija encontrada en algún yacimiento, huellas de otros hombres que viajan desde la profundidad a la superficie.

Stephen Shore, que es un gran lector y que además escribe muy bien, cita a Hamlet a la hora de describir la esencia de su exploración fotográfica. Cuando Hamlet explica a los actores cómo debe ser el arte de la representación, les da una clave que fue determinante para Shore: expresar una época o un momento del tiempo con su "forma y presión". Desde el principio vemos que Shore, en su estética de snapshots o fotos amateur que captan como por accidente gestos totalmente espontáneos, está buscando no sólo documentar sino también encontrar la "forma y presión" de su presente, de esa América "bostezante" de los años 1960.

Desde el principio llaman la atención sus encuadres atípicos, sus fuera de planos, sus picados extremos y su enorme interés por el retrato de la gente común. Fotos de Brooklyn y East LA donde un mexicano mira la calle desde la puerta de su tienda o donde un transeúnte se para a leer los titulares frente a un kiosco. Una cierta estética decadente tiñe sus fotos que parecen hechas con una polaroid. Hay en todo ello una interrogación sobre los usos y modalidades del lenguaje fotográfico, eso que él llamo un "antiestilo".

 Espacios vacíos y muchas veces sucios, una cierta atmósfera de abandono y una expresión de anonimato son motivos constantes que animan la fotografía de Shore. Un pie sucio, un edificio en decadencia, un libro usado y manoseado, unas bragas sucias sorprendidas por debajo de una falda, una maleta sin abrir sobre la mesa de una habitación de motel, una cena de esas congeladas que se venden en EEUU (¿hay expresión mayor de la soledad que las "tray dinners"?). Esto parece venir aderezado por una iluminación a veces sórdida, blancos fríos y sucios.



En sus road trips iba a ciudades anónimas y lo fotografiaba todo, gasolineras, carteles, esquinas... en una estética y temática en clara contraposición a la de las guías turísticas. Sus monumentos eran "misteriosos souvenirs de una ciudad sin nombre" como él mismo expresó.
Por otro lado, en sus paisajes de Montana parece querer resaltar su "fealdad" o su aridez con esas texturas rugosas y esas composiciones monótonas, grandes terrenos donde no hay nada. Así trasciende esa idea del paisaje como modelo mental instituido.
En definitiva, todo un mundo de superficies, un mundo de texturas donde la gestualidad espontánea de transeúntes y parientes aparecen como momentos aparentemente insignificantes pero al mismo tiempo irrepetibles ("cápsulas del tiempo"). Visto hoy, una especie de arqueología social a través de la fotografía utilizada como instrumento documental pero al mismo tiempo que trasciende el mero documento histórico.

Y por último una curiosidad: durante toda la exposición no pude evitar la constante reminiscencia al fotógrafo y a la estética de "Alicia en las ciudades" de Wim Wenders, ¿alguién sabe si Wenders se inspiró en Shore? Yo diría que sí...


El color I

Tuvimos que hacer un ejercicio sobre el color y presentarlo a la clase.

El ejercicio constaba de 10 apartados:
1. Definición
2. Cómo funciona, limitaciones.
3. Nomenclatura dentro de la gama.
4. Artistas que lo emplean.
5. En la naturaleza.
6. En otras culturas.
7. Simbología.
8. Este color en literatura, cine, música.
9. En la gastronomía.
10. Un trabajo creativo.

Las presentaciones, muy interesantes todas.
Qué he aprendido:
Los colores se asocian a sensaciones y emociones sin una conexión clara. La conexión es tal vez metafórica, atávica, o quizás cultural, aprendida, no sé. A partir de estas conexiones los colores cobran naturaleza simbólica. En la mayoría de los casos, estos símbolos acaban por acartonarse, convertirse en clichés. Cómo luchar contra esto.
En nuestro caso, a Mercedes y a mí nos tocó el color verde. A través del visionado de muchas obras de diferentes artistas que han usado el verde de forma predominante hemos ido comprendiendo el diálogo implícito entre el artista y este color. 
En mi caso, el verde evoca lo contrario a lo que normalmente le asociamos: la esperanza, el equilibrio espiritual, la fertilidad, la naturaleza, etc. A partir de las vanguardias históricas, el verde se empezó a utilizar para pintar rostros y expresar así la degradación de todo lo humano. Desde entonces, el verde ha pasado a tener un "lado oscuro" que me interesa explorar:

  • De la esperanza a la desesperación.
  • Del equilibrio espiritual a la enfermedad y el alcoholismo.
  • De la fertilidad y la naturaleza al moho y la putrefacción.

El célebre "Café nocturno" donde el tapete verde en el centro de la composición nos remite a "un lugar donde se podrían cometer los más terribles pecados".

El hombre enfermo de amor
Una vez más Grosz usa el verde para la caricatura social y la denuncia política
La musa del alcoholismo es verde, como la absenta. Así la representa el pintor alemán Viktor Oliva.
Otto Dix, un uso muy expresivo del verde. De nuevo, denuncia social y alienación. Si antes los únicos que tenían la piel verde eran las figuras fantásticas de la ciencia ficción, ahora parece que los aliens somos nosotros.
Otra vez Dix. En este caso es el retrato de una monja.
Otro café terrible, pero ya no de Van Gogh sino de Hopper. Lleva el significativo título de "The nighthawks", los halcones de la noche. En este caso el verde circunscribe a los personajes a un espacio de agresiva soledad, una imagen típicamente americana.

 Yo también he querido usar el verde para evocar un sentimiento de dependencia, soledad, desamparo. Primero hice el boceto en acuarela, después pasé al acrílico.










    La forma I

    En la clase 6 (para mí clase 1) hicimos una práctica sobre la forma.


    Ejercicio en tres partes:

    1. Buscar una imagen que no se parezca a nada.
    2. Expresar el hueco que deja un objeto.
    3. Crear tres formas tridimensionales eligiendo entre las siguientes: esfera, onda, ángulo, hexágono, fractal, parábola, hélice y espiral.

    Qué he aprendido del ejercicio (también en 3 partes):

    1. Al buscar una imagen que no se parece a nada te das cuenta de lo difícil que es para la mente humana la abstracción total. Caemos siempre en la tentación de asociar y explicar todo lo que vemos, quizás por el miedo al vacío de "no entender". Esto ayuda a apreciar el arte abstracto. En el proceso creativo ayuda también a explorar otros caminos, encontrar lo que no buscas, arriesgarte más en la búsqueda.
    2. La expresión del espacio en negativo también ayuda a romper con ideas arraigadas que presuponen que los límites de los objetos son las líneas que los conforman. Sin embargo, cuando intentas imaginar el espacio en negativo de los objetos, sus huecos, se te aparece el objeto en su ausencia y esto despierta características de los objetos que nos acercan a su verdadera forma. Resulta interesante también explorar no sólo los huecos de los objetos sino el espacio entre objetos.


    Al hilo de esto, hemos visto la obra de Rachel Whiteread, que no deja de despertar interés por las razones citadas arriba. En su estantería no vemos los libros sino los huecos dejados por ellos, sus ausencias. Lo mismo ocurre con las escaleras.

    Y con estos edificios, donde Whiteread ha hecho sólido el aire y viceversa.





    3. En la tercera parte del ejercicio es donde he podido desarrollar más mi creatividad. He intentado unir tres formas no sólo por su parecido a formas de la realidad sino también por sus connotaciones psicológicas. 






    En esta figura confluyen simbólicamente 3 formas:

    • El ángulo, cuya agresividad queda patente en la forma de la horca.
    • La esfera, símbolo de la perfección, en este caso se ha usado para describir la cabeza inclinada del ahorcado y se refiere a la muerte de la razón. 
    • La espiral, una forma potente, aquí es el cuerpo. He intentado plasmar un movimiento descendente, el de la muerte que se despliega hacia la tierra que hay debajo. 
    Por último sólo recordar una idea interesante de las dichas en clase:

    Las formas no son estables en el tiempo.

    Parece que el arte de la posmodernidad va en esa dirección: lo momentáneo, lo transitorio, lo desechable...

    martes, 28 de octubre de 2014

    El Pont Neuf envuelto

    El proyecto: envolver el Pont Neuf de París (1985).

    Los artistas: Christo y Jeanne Claude. Se trata de una pareja muy particular (viajan en aviones separados por si uno de los dos se estrella, que el otro viva, el espectáculo debe continuar...).





    Su especialidad: envolver.


    El tema, viejo como el fuego: tapar para mostrar, esconder para hacer visible, romper con la monotonía de lo ya conocido, del monumento al que ya nadie mira porque ya sabemos que está ahí.



    "¡Beato sillón! La casa
    corrobora su presencia
    con la vaga intermitencia
    de su invocación en masa
    a la memoria. No pasa
    nada. Los ojos no ven,
    saben. El mundo está bien
    hecho. El instante lo exalta
    a marea, de tan alta,
    de tan alta, sin vaivén."
    Jorge Guillén

    Los escalofriantes datos (hoy que supuestamente vivimos más conscientes de medio):

    41.800 metros cuadrados de tela

    13 kilómetros de cuerda
    500 obreros en mono azul y otros colores (esperamos, bajo mejores condiciones laborales que en las pirámides de Guiza).
    12.1 toneladas de cadenas
    600 monitores
    2.5 millones de dólares estadounidenses

    Lo interesante: Se trata de un proyecto original e impresionante. La forma en que se envuelve no está exenta de belleza. Al tapar grandes monumentos salen a la luz sus líneas geométricas, una especie de "esqueleto por fuera".